Efervescencia colectiva.
Te cuento sobre mi experiencia en este sprint de diseño de 9 días, profundizando en metodologías para la innovación social.
[This is a translation of the original post I wrote for Holis. You can read it (in english) here]
Hace poco, leyendo "Braving the Wilderness" de Brené Brown, me enteré del término "efervescencia colectiva" creado por Émile Durkheim hace ya más de 100 años. Aquello se me quedó dentro y más tarde, lo rescaté porque me recordaba mucho a cómo me hizo sentir cuando estuve en Holis este verano.
La “efervescencia colectiva” es ese sentimiento de energía y armonía que se produce cuando las personas se comprometen en un propósito compartido. Estoy segura de que lo has experimentado antes… un concierto, una manifestación…Cuando te olvidas de un@ mism@ y formas parte de algo más. Bueno, creo que lo que experimentamos en Holis fue algo muy parecido a estar en alguno de esos eventos para mí.
Holis School nos reunió a un grupo de profesionales de diferentes de culturas y perfiles con el objetivo de abordar problemáticas globales, desde la escala local de un pequeño pueblo en República Checa.
Eso es sólo el principio, pero si de verdad quiero hacer justicia a la experiencia de 9 días que vivimos, tengo que seguir contándote… Así que te llevo conmigo en este post hasta Hostetin, República Checa, para contarte cómo aprendí en primera persona sobre el impacto del diseño social (cuando se practica en un entorno de libertad creativa) para crear las soluciones a los retos complejos a los que nos enfrentamos como sociedad.
La pandemia de COVID-19 paralizó el mundo en muchos sentidos y también me paralizó a mí para poder formar parte de Holis aquel año. Antes, habíamos trabajado con el equipo creando el aftermovie de la edición de 2021, que por el tema del virus, tuvo que organizarse en un formato principalmente online.
Como el formato se basa tantísimo en la experiencia on-site y en lo que aporta estar allí mismo con las organizaciones y otros participantes, fue un súper reto poder resumir de forma significativa la que creo que fue una de las ediciones más duras de organizar para el equipo de Holis.
Ha sido finalmente, este 2023, que por fin (YAY!) he podido formar parte de estos 9 días de sprint de diseño como participante y también como experta, liderando un taller sobre Storytelling.
El tema principal de la edición de este año era el fomento de la resiliencia de las ONG: íbamos a trabajar en cómo ayudarlas a recuperarse rápidamente de las dificultades, cómo hacer frente a la adversidad y a saber adaptarse continuamente a un mundo cada vez más cambiante.
Después de años esperando formar parte de la experiencia, e incluso antes de llegar al evento, mi propia resiliencia se puso a prueba ya desde que salí de casa... porque un retraso en el primero de mis vuelos me hizo perder las tres conexiones que tenía después para llegar allí y ¡BOOM! …“Bea, ¿Hasta qué punto decías que eras resiliente?” Vamos a verlo.
Nada más aterrizar en Viena el domingo a las 5 de la tarde, enchufé el portátil en la primera cafetería que encontré en el aeropuerto y puse a funcionar a todo gas mi capacidad de resolver aquello. El reto consistía en llegar a esa pequeña ciudad de la República Checa en el mismo día (siendo un domingo a las 5 pm…)
Tres horas, tres llamadas y cuatro medios de transporte diferentes después, no podía creer que estuviera a “sólo” 30 kilómetros de mi destino final. Por aquel momento ya era de noche y estaba sacando dinero en una pequeña estación de autobuses porque necesitaba efectivo para pagar al taxista, ya que no había otras opciones para ese último tramo que llegar en coche.
Mi taxista apareció de repente con una sonrisa enorme y con su nieta que también llevaba un perrito en brazos. Como no estaba seguro de poder comunicarse conmigo en inglés y confiaba más en su nieta, se la había traído para que pudiéramos hablar al menos 5 minutos.
Desde el asiento de atrás, cansadísima, yo pensaba… “Esto ya ha merecido la pena”. Primera lección de Holis: confía en tus capacidades resolutivas, en la gente y disfruta del proceso.
Al día siguiente ya nos pusimos manos a la obra y nos metimos de lleno a trabajar. Conocimos a la mujer que lideraba nuestro reto, Helena, la responsable de Ferova Skola, una organización que ayuda a las escuelas primarias de República Checa a adaptarse a las necesidades de todos los niños, para que los profesores puedan trabajar al máximo de su potencial y los niños disfruten yendo a la escuela.
Pudimos sentarnos con ella y conocer la situación actual de la organización y sus retos. Pero este ejercicio reforzaba al mismo tiempo el vínculo de nuestro equipo, éramos ocho extraños de distintos países con diferentes trayectorias profesionales que nos acabábamos de conocer. Si queríamos que esto funcionara desde ya, y encontrar soluciones al reto para Helena, realmente necesitábamos entender el poder de la colaboración entre nosotr@s desde el minuto 1.
Solo un día después de llegar, empecé a entender las muchas capas de complejidad a las que nos íbamos a enfrentar como individuos y como grupo. El reto principal era lograr un cambio significativo para la situación de Ferova Skola, pero el reto más importante era quizás el de hacerlo junt@s, llegando a un punto común en nuestras diferencias de enfoque y estilos de trabajo para resolver un mismo problema.
A medida que pasaban los días, nuestro progreso iba tomando forma, y nos acercábamos cada vez más a una solución acordada por tod@s, mientras íbamos siendo sutilmente guiados por nuestros facilitadores y por los organizadores de Holis a lo largo de las diferentes metodologías con las que trabajábamos.
Paralelamente, también avanzábamos en nuestros propios procesos individuales, aterrizando valores súper potentes como el sentimiento de comunidad, las herramientas de diseño centradas en las personas o el respeto a las aportaciones individuales. Todo eso, fue creando sin darnos cuenta un aura de creatividad y de seguridad, que enriqueció muchísimo lo que cada un@ íbamos aportando, cómo vivíamos la experiencia, nuestros puntos de vista personales o la seguridad en los roles que íbamos adquiriendo.
Este contexto de grupo nos ayudó sin duda a todos a “ir más allá”, a no tener miedo de decir o hacer y a animar a otr@s a que dieran su punto de vista en todo momento.
Sobre todo, nos permitió dejar atrás nuestras limitaciones y suposiciones con las que veníamos o las circunstancias actuales de la organización y llevar a cabo, libremente, exploraciones creativas de futuros distintos y más deseables para la organización.
Hacia el final de la semana, salí de mi papel de participante por un rato para llevar a cabo un taller sobre Storytelling, con el fin de sentar algunas bases para la presentación final de las soluciones que cada uno de los 3 equipos debía presentar el último día.
¡Otro reto! Como la semana de trabajo estaba siendo tan intensa para tod@s, el plan inicial de realizar un taller de 2 horas tuvo que acortarse a solo 1, y eso exigía de mí, mucha adaptación y bastante condensación… STORYTELLING… Temazo para solamente una hora… Challenge Accepted!
Quería aprovechar esta oportunidad con el Workshop para que todos los presentes nos replanteáramos el poder de contar historias desde la perspectiva de nuestras propias experiencias cotidianas: qué recibimos y qué damos cuando conectamos con otros seres humanos, cuando nos flipa algo. Pero también quería que los participantes pensaran en sus responsabilidades como diseñadores para crear y comunicar soluciones que inspiren un futuro, a veces inconcebible, para las personas cuando necesitan ser resilientes.
Esta sesión la planifiqué teniendo en cuenta tres áreas principales de trabajo:
historias personales
ejercicios prácticos
tiempo para reflexionar.
Al final de todo, era importante llegar a un punto en el que descubriéramos el hecho de que a partir de las historias que nos han contado, construimos nuestra realidad y nuestra forma de ver las cosas.
Por lo tanto, como dijimos durante el taller, contar historias es como tener una varita mágica en nuestras manos para crear nuevas narrativas, que construyen nuevas realidades y referentes, y nuevas formas de ver las posibilidades que un@ tiene.
Ya para terminar te cuento, que como resumen, las principales conclusiones de la experiencia han sido:
Que tuve la oportunidad de experimentar en primera persona el poder de combinar las metodologías de diseño con otras disciplinas, llegando nuevamente a la fórmula mágica de Holis School: Inteligencia colectiva + Efervescencia colectiva = infinitas posibilidades de innovación social.
Un pensamiento recurrente:“Estas personas son increíbles. De verdad."Algo que me hizo querer aprender más de otr@s participantes, organizador@s, facilitador@s, expert@s… y traerme a casa esta actitud de “mente abierta” y profunda admiración por seguir llenando mi caja de herramientas de manera colaborativa con otr@s.
Cuéntame tu historia…